Preguntas Frecuentes

Preguntas habituales a la hora de ir al fisioterapeuta

Normalmente solo vamos al fisioterapeuta cuando nos duele mucho algo o nos lo ha recomendado el médico. Por eso, no es un proceso que solamos conocer demasiado bien: Hay algunas dudas y preguntas que se repiten habitualmente, y que hemos glosado en este artículo.

¿Qué debo llevar a mi primera visita?

Ropa cómoda, para que podamos examinarte y, en caso de ser necesario, tratarte. Es muy habitual que te hagamos realizar algún ejercicio.
Los documentos médicos e informes quirúrgicos que tengas, tanto recientes como antiguos, en caso de estar relacionados con tu problema actual.
La hoja de prescripción médica, cuando haya sido tu médico el que te haya recomendado venir.
En caso de llevar plantillas, faja o cualquier otra ayuda técnica, es importante explorarte con y sin ella.

¿Cada cuánto tengo que ir al fisioterapeuta?

¡Esta es una buena pregunta! Depende del problema que tengas y del momento evolutivo. Por ejemplo, después de una intervención quirúrgica o periodo de inmovilización (después de sacar un yeso), puede ser preciso una asistencia diaria, que posteriormente se puede ir alargando (dos o tres veces por semana). En otras ocasiones, se realizan tratamientos de mantenimiento que solo precisan una sesión semanal o quincenal. Lo mejor es dejarte aconsejar por tu fisioterapeuta.

En caso de sufrir una inflamación o un dolor muy fuerte, ¿qué me pongo, frío o calor?

Cuando tengas una zona inflamada o sientas un dolor muy fuerte, ya sea por un simple golpe o porque te hayas hecho un esguince, una tendinitis u otra lesión, las primeras 48 h es mejor aplicarse frío. Debes tener la precaución de proteger la piel con una tela fina (pañuelo) y no aplicarlo más de 15 o 20 min. (¡El hielo puede provocar quemaduras!). En cuanto a contracturas o dolor de columna vertebral, es mejor aplicar calor.

¡Aviso! No apliques frío en las zonas del cuello o lumbar, ya que la tensión muscular provocada por el cambio de temperatura incrementaría tu dolor.

¿Es una mala señal que me “chasquen” las articulaciones?

Estos ruidos que se producen a veces al movernos o ante determinados gestos forzados (presionar los dedos a la altura de los nudillos) se deben a variaciones de presión en los gases que se encuentran disueltos en el líquido sinovial (líquido que lubrica nuestras articulaciones). En caso de no sentir dolor no te preocupes, ya que en la mayoría de los casos es normal. Técnicamente recibe el nombre de cavitación articular. A nivel articular se pueden producir otros tipos de crujidos debidos a que las superficies articulares no son finas, y pueden indicar la presencia de artrosis o artritis, acompañándose generalmente de dolor.

Otro de los motivos causantes puede ser la debilidad muscular o la hiperlaxitud articular (exceso de elasticidad), por lo que deberías potenciar la zona realizando una serie de ejercicios.

También puede ocurrir por un aumento de tensión muscular y rigidez, lo que provoca que al mover las partes blandas estas lo hagan con dificultad, produciendo unos ruidos. Si te ocurre esto, la solución es devolverle la flexibilidad a la zona.

Me dolía el lado derecho y ahora, ¡me duele el izquierdo! ¿Cómo puede ser?

No es nada raro. Tu cuerpo busca la manera de compensar el trabajo que no podía hacer con tu lado lesionado y si se alarga, acabas afectado de los dos lados.

Siento más dolor ahora que antes de ir al fisioterapeuta, ¿es normal?

Siempre debes comunicar a tu fisioterapeuta las variaciones que presentes en cuanto a dolor. Aunque estas sensaciones de agujetas, molestias, dolores distintos después de un tratamiento puedan asustar, son normales y tienden a desaparecer en 48 h. Después del transcurso de este tiempo empezarás a notar las mejoras. Se debe a que los fisioterapeutas estimulamos el cuerpo con la finalidad de que empiece a trabajar y así encontrar la solución al problema.

En el caso de tener dolor de espalda, ¿por qué necesito un fisioterapeuta y no un masajista?

En primer lugar, el fisioterapeuta es un profesional de la salud, que sabe de fisiología, anatomía y patología médica, lo que le permite saber si es conveniente el tratamiento fisioterapéutico o el realizado por otro especialista.

Y, en segundo lugar, a veces no consiste solo en masajear los músculos, sino que se tienen que evaluar otros aspectos físicos, y en caso de ser necesario aplicar técnicas específicas.

¿Por qué me duele el cuello?

El término «cervicalgia» coloquialmente conocido como “dolor de cuello”, es un término que describe un “algia o dolor en la región cervical”. Algunas enfermedades o patologías relacionadas con la cervicalgia, también pueden afectar al brazo con un hormigueo punzante, debilidad y dolor irradiado denominado cervico-braquialgia.

Otro tipo de dolor cervical muy relacionado con la cervicalgia y que se caracteriza por espasmo muscular de la musculatura del cuello es la tortícolis; se define comúnmente como un dolor agudo en el cuello causado por una prolongada posición no fisiológica durante mucho tiempo (por ejemplo: una persona que se queda dormida con una inclinación del cuello o girada por una hora). Todo el mundo piensa que la tortícolis es consecuencia de un enfriamiento, pero no lo es. Hay un espasmo muscular del músculo esternocleidomastoideo o contracción que fija las vértebras.

A lo largo de la vida, alrededor del 80% de la población sufre o ha sufrido de dolor de cuello y estadísticamente afecta a más mujeres que hombres. Los pacientes no suelen tener más de 40 años de edad y suelen tener una ocupación sedentaria; trabajando por lo menos 8 horas al día en el ordenador o conduciendo, además pasan su tiempo libre en actividades no-dinámicas (leer o ver la televisión o jugar a video juegos durante largos periodos).

Los pacientes se presentan en una clínica por lo general con espasmo de los músculos del cuello y los hombros, especialmente en el trapecio y esplenio; es una contracción muscular involuntaria y persistente, palpable al tacto. Un músculo contraído que se inserta en una vértebra, puede tirar de ella provocando mala alineación de las vértebras. El dolor y la tensión en esta zona pueden causar inflamación de la columna cervical con limitación de la movilidad por lo que se ve disminuida su calidad de vida.

¿Causas de la cervicalgia?

La causa de la inflamación del cuello puede ser variada:
Debido a una mala postura, un traumatismo, moloclusión mandibular, alteración de la visión. Esto provocará una pensión involuntaria en los músculos del cuello que a su vez provoca un bloqueo de las vértebras cervicales.
Estos bloqueos vertebrales si se mantienen en el tiempo pueden provocar un dolor crónico por desgaste de las vértebras (artrosis) o un dolor agudo por presión sobre el disco inter-vertebral que puede provocar una hernia discal qué afectará a una raíz nerviosa que provocará dolor en el brazo.
Enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide o la espondilitis anquilosante.
En muchas ocasiones la tensión muscular y el bloqueo de las vértebras cervicales están provocadas por estrés. El estrés afecta en primer lugar al hígado y vesícula biliar, sistema nervioso y estómago… Estos órganos cuando están alterados o desequilibrados provocan reflejos en la zona dorsal y el cuello. Por tanto en muchas ocasiones además de la terapia manual ejecutada por el fisioterapeuta-osteópata se debe adjuntar un tratamiento complementario para estos órganos como terapia craneosacral y visceral.

¿Puedo perder peso realizando el Método Pilates?

La práctica del Método Pilates puede resultar de ayuda a la hora de adelgazar, ya que proporciona un entrenamiento que, con la práctica y haciéndolo a buen ritmo, puede llegar a ser aeróbico, a la vez que moldea el cuerpo. Aún así, es imprescindible combinarlo con unos hábitos de vida saludables, como llevar una dieta equilibrada.

¿Con qué frecuencia debo practicar el método pilates?

Para una eficacia óptima se recomiendan 2 sesiones por semana, variando en función de la disponibilidad y objetivos de cada persona. Pero en realidad, lo más importante es la constancia. Muchas personas acuden a nuestro centro solo una vez a la semana y consiguen resultados óptimos igualmente, por lo que en realidad podemos decir que lo más importante es ser disciplinado.

¿Pueden las embarazadas realizar el método Pilates?

Si ya has practicado el método con anterioridad estaría indicado, siempre y cuando tu médico no lo desaconseje. En el caso de que nunca hayas practicado Pilates es recomendable que esperes a dar a luz. Después es ideal comenzar a realizarlo para restablecer toda la musculatura abdominal y del suelo pélvico.

Tengo una hernia discal y sufro de constantes dolores de espalda. ¿Puede hacer el Método Pilates que mejore mi sintomatología?

Por supuesto. Su práctica disminuye la presión sobre los discos intervertebrales y esto reduce la compresión nerviosa y con ello el dolor. No obstante, cuando cualquier persona quiera usar el Método Pilates como técnica de rehabilitación de cualquier dolencia, debe ser consciente de que, por lo menos hasta que su lesión mejore y desaparezca el dolor, debe realizar sesiones individuales guiadas por un profesor que tenga un conocimiento pleno de la técnica y sepa realizar todas las adaptaciones y modificaciones necesarias para tener éxito.

¿Pilates de suelo o máquinas?

Ambas modalidades son buenas. Lo que está claro es que difícil decantarse entre papá o mamá. Pilates con máquinas nos va a facilitar en muchas ocasiones el trabajo gracias a los muelles, por lo que es muy aconsejable en principiantes y también vamos a poder hacer un trabajo contra-resistencia más efectivo, consiguiendo resultados más rápido cuando ya llevamos tiempo practicando esta disciplina.
En Arterapia disponemos de las dos modalidades, en el centro de Maqueda impartimos clases de suelo y en el de Camarena de estudio o máquinas para que nuestros clientes puedan elegir la que más les guste.

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